Pedir ayuda es difícil…Sobre todo cuando estamos en posiciones de liderazgo, porque nos guste o no, aún predomina la filosofía de liderazgo tradicional del líder-héroe. Esta visión es de un líder que lo entiende y domina todo, quien tiene todas las respuestas, resuelve todas las dificultades autónomamente y no se equivoca.

Pero esa visión de liderazgo no es sólo irreal, sino peligrosa. Hoy las empresas necesitan un estilo de liderazgo moderno, es decir, rápido en identificar oportunidades y desafíos, reflexivo para hacer las preguntas correctas, efectivo en alinear esfuerzos, inspirador para movilizar equipos, valiente para pedir ayuda y hábil para lograr que las cosas pasen a través de otros.

Aceptar que se necesita ayuda y saber pedirla es lejos una muestra de debilidad. Al contrario, demuestra profundidad de entendimiento de la situación que se enfrenta, muestra claridad sobre los desafíos y oportunidades, convicción sobre las decisiones y transmite fortaleza de carácter. Las empresas no necesitan héroes, necesitan resultados.

Pedir ayuda es una herramienta de gestión adicional que todo ejecutivo debe saber utilizar, y para hacerlo correctamente se requieren de ciertas habilidades y técnicas.

• Definir el problema: El primer paso para resolver un problema es identificarlo y definirlo adecuadamente. Muchas veces esta tarea no es simple, ya que en general lo visible son los síntomas de la situación, pero la causa puede venir de muchos ángulos. Identificarlos permite focalizar la búsqueda de soluciones.
• Seleccionar el mejor approach para solucionarlo: Para resolver un problema existen muchos caminos y alternativas. La solución más adecuada depende de varios factores y no siempre el approach tradicional es el más adecuado para cada situación. Encontrar el approach indicado simplifica la búsqueda de soluciones y permite dirigir de forma más efectiva la búsqueda de ayuda.
• Saber donde pedir ayuda: No todo el mundo sabe ayudar. Ayudar, colaborar y asesorar requieren de habilidades y herramientas. Es importante poder identificar dónde y a quién le pedimos ayuda y para qué.
• Saber pedir ayuda: La ayuda, ya sea en forma de favor, de colaboración o de asesoría tiene un valor y debemos saber apreciarlo y pedirlo adecuadamente. Para ello, debemos saber qué pedir, cuándo, cómo y a cambio de qué.
• Dejarse ayudar: No basta con saber pedir ayuda, sino que lo más importante es saber recibirla. Y esta habilidad es la más difícil, ya que requiere de apertura de mente para apreciar distintos puntos de vista y perspectivas y, sobre todo, humildad para saber escuchar y aceptar ayuda, consejos y recomendaciones.

Todas las empresas, en algún momento requieren de apoyo para enfrentar sus desafíos. Si algo hizo el 2020 fue plantear desafíos que debemos enfrentar. Para algunos de ellos, seguramente, tendremos que pedir ayuda.