Recuerdo cuando tomé la decisión de renunciar a mi trabajo en la empresa de la que me había enamorado cuando empecé mi vida laboral. Fue muy difícil, tan difícil como me imagino es un divorcio.
La idea que tenía de la mujer en la que me convertiría profesionalmente dentro de esa empresa, que por muchos años me había seducido fuertemente, ya no era una posibilidad, pues yo ahora quería dedicarme a ser mamá. Y ambos objetivos no eran compatibles de la forma que yo quería.
De eso ya han pasado casi 10 años, durante los cuales no sólo me dediqué a ser mamá de la forma que yo quería, sino también a seguir desarrollando mi Yo profesional, pero esta vez… “Sin Ataduras”.
¿Pero por qué parto contándoles esto? Pues porque hoy en día, y más que nunca, desarrollar nuestra actividad profesional de forma independiente es una muy atractiva posibilidad. Diversos estudios muestran que cada vez un mayor porcentaje de la fuerza laboral, no sólo en Chile sino también en el mundo, la componen trabajadores independientes – todos aquellos profesionales que por diversas razones optan por relaciones laborales distintas al modelo tradicional de empleo.
Si bien este movimiento no es nuevo (trabajos temporales e independientes han existido por años), lo novedoso es que esta dinámica ha empezado a irrumpir con mayor fuerza en ámbitos, cargos y profesiones tradicionalmente asociados a relaciones laborales asalariadas. Y cada vez son más las empresas que encuentran en este modelo de empleabilidad una forma muy efectiva de acceder al nivel de talento que necesitan, sin tener que engrosar su planilla de remuneraciones.
Quizás muchos de ustedes se encuentran en esta situación, por opción o no, o están evaluando la posibilidad de reformular su vida y desarrollo profesional. Pues déjenme compartir con ustedes algunos de los aprendizajes que he acumulado durante esta década de desarrollo profesional “Sin Ataduras” – algunos de los factores que encuentro claves para alcanzar el éxito en este nuevo modelo y algunos de los mayores desafíos que deben enfrentarse y superarse.
Principales desafíos: Existen muchos desafíos que enfrentar al momento de independizarse y algunos serán más relevantes que otros para cada individuo. Pero, desde mi experiencia, creo que estos son los principales a tener en cuenta.
- Ser capaces de salir de nuestra zona de confort: Todos tenemos ese espacio, perfectamente delimitado, donde nos sentimos cómodos, tranquilos y seguros. Este puede ser enfrentándonos a un desafío analítico detrás de una planilla de cálculo, haciendo despliegue de nuestra personalidad extrovertida en ambientes sociales, trabajando en compañía de un equipo bien constituido, liderando equipos grandes de trabajo, en fin… Cada quien conoce muy bien cuál es su espacio, que incluye y que excluye, que nos fortalece y que nos asusta, que nos motiva y que nos desanima, que nos energiza y que nos paraliza.Pues éste es el primer desafío que debemos enfrentar al momento de optar por una carrera independiente. Ser el dueño, líder y ejecutor de nuestra propia actividad laboral nos obliga en más de alguna ocasión a desafiar nuestros límites y salir de nuestra zona de confort. Es necesario entender que este momento llegará y tendremos que enfrentarlo.
- Expandir nuestra red de contactos: Cuando te independizas, la principal fuente de oportunidades laborales vendrá de nuestra red de contactos, pero no necesariamente de nuestra red más cercana. Se estima que sólo un 20% de las oportunidades laborales provienen del círculo más cercano de amigos y familiares. El 80%, la principal fuente de oportunidades, proviene de aquellos lazos menos fuertes (los conocidos, los amigos de los amigos, los ex colegas, los ex compañeros de estudio, los ex clientes, etc.). Esa es la red que debemos expandir, esa es la red en la que debemos invertir con mayor fuerza.
- Ser capaces de pedir ayuda y estar dispuestos a colaborar: Ser independiente requiere que tengamos la capacidad y la humildad de identificar cuando necesitamos del apoyo de otros para fortalecer nuestra propuesta de valor hacia nuestros clientes. Tenemos que ser capaces de pedir ayuda y también de ayudar, pues así logramos fortalecer el servicio que los clientes perciben de este modelo de empleo y por lo tanto aportamos al crecimiento y desarrollo del mercado. La fortaleza de la fuerza laboral independiente radica en el nivel de interacción y colaboración que exista entre todos.
- Abrazar la incertidumbre: La independencia nos empuja a transitar un camino en el que domina la incertidumbre. Desde el no tener certeza si seremos capaces de generar el nivel de ingreso que necesitamos para vivir hasta si nuestro cliente nos pagará o no. Nada es 100% controlable y todo depende casi exclusivamente de uno mismo. Si un escenario así no genera ansiedad, no me imagino cual sí.Bueno, pues esa es la realidad del trabajador independiente, y para lograr cierto nivel de tranquilidad en este modelo de empleo, es necesario poder gestionar este nivel de incertidumbre, y eso… no es fácil.
Factores clave del éxito: Ser independiente tiene muchos beneficios. Pero para que nos funcione tenemos que entender lo que se requiere para ser exitoso en este camino y decidir conscientemente si es el camino para nosotros o no. A continuación los elementos que considero claves para tener éxito en este modelo.
- Tener un propósito: ¿Cuál es el objetivo que queremos alcanzar siguiendo este camino? ¿Queremos dedicarle más tiempo a nuestra familia? ¿Queremos alcanzar algún objetivo económico? ¿Queremos desarrollarnos en algún ámbito profesional específico?Esta es la principal definición que tenemos que tener clara. El por qué, el para qué.
Nuestro propósito nos determina el norte y será nuestro trabajo diario mantenernos en el camino hacia ese objetivo. Es muy fácil desviarse, confundirse y equivocarse. Revisar nuestro propósito de forma recurrente nos permite tomar mejores decisiones y transitar el camino con mayor tranquilidad y seguridad. - Visualizar el camino a recorrer: ¿Cuáles son las acciones que debemos tomar? ¿En qué secuencia?
Debemos poder construir un plan de acción concreto, con acciones específicas y deadlines claros. Esto nos dará la sensación de mayor control sobre lo incierto y nos permitirá transitar el camino con mayor seguridad. - Hacernos responsables del cumplimiento de nuestros objetivos: Lo más difícil es tener que reportarse a uno mismo y tener que tomar decisiones en base a nuestras conversaciones en solitario. Recomiendo encontrar alguien en quien confiemos, un amigo, un mentor, nuestro marido o mujer, alguien con quien podamos intercambiar ideas y preocupaciones de forma recurrente y con quien podamos compartir nuestros avances, logros y fracasos. Esta interacción nos pondrá presión para cumplir nuestros planes y nos permitirá tener un espacio de diálogo para alimentar nuestro proceso de toma de decisiones.
- Ponerse en acción: Es necesario encontrar la fuerza y el ritmo para evitar la procrastinación y generar el ritmo de trabajo que nos mantenga activos y encaminados hacia nuestros objetivos. Recomiendo armar una rutina diaria y que la sigamos al pie de la letra, encontrar un lugar de trabajo que nos ponga en modo productividad y limite las distracciones.
Saltar a la independencia significa tomar el control de nuestro desarrollo profesional, de nuestra actividad laboral y de nuestra capacidad de generación de ingreso. Conlleva una tremenda responsabilidad y requiere de mucha fuerza de voluntad, foco y energía. No es fácil ser independiente, pero entrega tremendos grados de libertad y flexibilidad, que gestionados adecuadamente pueden llevarnos a disfrutar de la vida que queremos, priorizando los elementos que queremos, haciendo el trabajo que queremos, cuando queremos… ¡Sin Ataduras!!